Me miro en el suelo
larga, aplastada
sin posibilidad alguna de levantarme por mí misma.
Me miro y no me reconozco
tan uniforme, tan plana
No sé cómo llegué hasta ahí
pero puedo predecir que permaneceré en ese lugar
negra y sin relieve
hasta que el sol se oculte.
Con lo bien que se vive sin ti
Sin montañas rusas
que te dejan sin aire
Sin subidas ni bajadas
Sin desaires
Con lo bien que se vive sin ti
Sin lamentos y sin quejas
Sin bufidos en el aire
Sin lágrimas derramadas
ni exigencias egoístas
de un don nadie
Con lo bien que se vive sin ti
Dime tú
Dime cuándo al fin
vas a olvidarme.
Me he dejado llevar
por la oscura noche de tus sueños
por la triste canción desconsolada
por el envoltorio de tus besos
Me he dejado llevar tras la ventana
del frío instante del recuerdo
de la casa ya abandonada
de los muebles muertos en el suelo
Me he dejado llevar de lo olvidado
abrazada a una lágrima sin verbo
atrapada tras una cara oculta
hasta llegar a la muerte
sin dueño
