Le saco brillo a tus alas
Y repongo cada pluma perdida en tu camino
Río cuando tu ríes
y sonrío cuando en tu alegría ya ha anochecido.
Emprendes tu marcha de nuevo
Y me parece que ni siquiera has venido
Mi adiós se envuelve en una lágrima
Y reanudas el vuelo fiel a tu destino.
Silenciosa me esconderé entre tu estela
Y aligerando tu carga volaré contigo.
Nadie notará que estoy en la senda
en la que te sientes vivo.
Sólo tú sentirás mi presencia
Porque las alas que hoy te elevan
Te las di a ti.
Y solo a ti.
Por ser mi hijo.
Una madre es siempre capaz de dar lo mejor a sus hijos, y sólo un hijo es capaz de arrancar lo mejor de una madre. Es la ley no escrita de la naturaleza.
ResponderEliminarPrecioso