Me cuesta mirar el día
y ver que nada ha cambiado
que las calles permanecen sucias
y los niños en el parque jugando.
Arriba, muy arriba, el sol sigue brillando
pero dentro , en lo profundo
ya no está tu risa
ni tu mirada
ni tu canto.
Ya no existe lo que había
tan sólo queda tu llanto.
Esa sensación se tiene tras la pérdida de un ser querido. Se hace extraño ver que algo tan grande falta y que en derredor nada ha cambiado.
ResponderEliminarSaludos
Uufff, increible como eliges las palabras para conseguir que te lleguen adentro, a aquella esquinita del alma donde a veces la luz no llega, preciosa Ana
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